El invierno llega, los días se acortan, la luz solar disminuye y, para muchas personas, esto supone un cambio drástico en su estado de ánimo. La fatiga, la tristeza y la falta de motivación pueden invadir el día a día sin una razón aparente. Si esto ocurre de manera recurrente con la llegada de determinadas estaciones del año, es posible que se trate del Trastorno Afectivo Estacional (TAE), una condición que afecta a miles de personas en todo el mundo.

¿Qué es el Trastorno Afectivo Estacional?

El Trastorno Afectivo Estacional (TAE) es un tipo de depresión que sigue un patrón estacional, generalmente en los meses de otoño e invierno, aunque algunas personas pueden experimentarlo en primavera o verano. Se cree que está relacionado con la disminución de la luz solar, lo que afecta la producción de melatonina y serotonina, dos neurotransmisores clave en la regulación del sueño y el estado de ánimo.

Síntomas del TAE

Los síntomas del TAE son similares a los de la depresión mayor, pero con la particularidad de presentarse en determinadas épocas del año. Los más comunes incluyen:

  • Estado de ánimo bajo o tristeza persistente
  • Pérdida de interés o placer en actividades cotidianas
  • Fatiga y falta de energía
  • Dificultad para concentrarse
  • Alteraciones en el sueño (dormir en exceso o insomnio)
  • Cambios en el apetito, especialmente aumento del consumo de carbohidratos y aumento de peso
  • Sensación de desesperanza o inutilidad
  • Irritabilidad o ansiedad

Causas y Factores de Riesgo

Si bien las causas exactas del TAE no están completamente claras, se han identificado varios factores que pueden influir en su aparición:

1. Reducción de la Luz Solar

La menor exposición a la luz solar en los meses de invierno puede alterar el ritmo circadiano y la producción de serotonina, contribuyendo a la aparición de síntomas depresivos.

2. Alteración en la Melatonina

La melatonina es una hormona responsable de regular el sueño. La falta de luz solar puede aumentar su producción, generando somnolencia excesiva y fatiga.

3. Deficiencia de Vitamina D

La vitamina D, que se sintetiza en la piel con la exposición al sol, juega un papel importante en la regulación del estado de ánimo. Su deficiencia se ha asociado con síntomas depresivos.

4. Factores Genéticos

Las personas con antecedentes familiares de depresión o trastornos afectivos pueden ser más propensas a desarrollar TAE.

5. Latitud Geográfica

Las personas que viven en latitudes más altas (donde los inviernos son más largos y oscuros) tienen un mayor riesgo de sufrir TAE.

Diagnóstico

El diagnóstico del TAE lo realiza un profesional de la salud mental mediante una evaluación clínica. Se utilizan criterios del DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales), que establece que los episodios depresivos deben repetirse en al menos dos estaciones consecutivas y no explicarse mejor por otros trastornos.

Tratamientos Eficaces

Afortunadamente, existen múltiples enfoques para tratar el TAE y mejorar la calidad de vida de quienes lo padecen:

1. Terapia de Luz (Fototerapia)

Consiste en la exposición diaria a una lámpara de luz brillante (10,000 lux) que simula la luz solar. Se recomienda su uso por las mañanas durante 20-30 minutos.

2. Psicoterapia

Las terapias como la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) han demostrado ser efectivas para ayudar a las personas a identificar y modificar pensamientos negativos asociados con el TAE.

3. Ejercicio Físico

El ejercicio regular, especialmente al aire libre, ayuda a mejorar los niveles de serotonina y endorfinas, reduciendo los síntomas depresivos.

4. Medicación (Antidepresivos)

En algunos casos, los médicos pueden recetar inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) para tratar los síntomas del TAE.

5. Exposición a la Luz Natural

Aprovechar al máximo la luz del día, salir a caminar por la mañana y mantener los espacios bien iluminados en casa puede marcar una diferencia significativa.

6. Dieta Equilibrada y Suplementos de Vitamina D

Mantener una alimentación rica en triptófano (presente en plátanos, frutos secos, pescado y huevos) y considerar suplementos de vitamina D pueden ayudar a mejorar el estado de ánimo.

Prevención

Si se ha experimentado TAE en años anteriores, algunas estrategias pueden ayudar a prevenir su aparición:

  • Comenzar la fototerapia antes de la llegada del invierno
  • Realizar actividad física regularmente
  • Planificar actividades placenteras durante el invierno
  • Mantener una rutina de sueño estable
  • Socializar y evitar el aislamiento

Reflexión Final

El Trastorno Afectivo Estacional es una condición real y tratable que puede afectar significativamente la vida de quienes lo padecen. Reconocer los síntomas y buscar ayuda profesional es clave para afrontar el TAE de manera efectiva. Si cada invierno notas cambios en tu estado de ánimo, no lo ignores: hay soluciones que pueden ayudarte a sentirte mejor y a disfrutar de cada estación del año.

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